lunes, 5 de marzo de 2012

CUESTIONES, CONFIANZA Y CONSECUENCIAS EN EL INFIERNO

Hace días que estoy escribiendo este post pero, entre que no paro de ir a médicos, el despido, abogado, mecánico, reuniones, temas retrasados y que solo escribo con una mano y me estresa, parecía que nunca lo iba a finalizar.

Todos aquellos que leáis estas letras y seáis de alguna colla de diablos miembro de Coordinadora, ya tendréis una postura clara, tanto hacia el tema como hacia mi propia persona y por tanto, no intento convencer a nadie de nada, sino simplemente expresar mi opinión al respecto.

El pasado 23 de febrero, se llevó a cabo una asamblea extraordinaria de la Coordinadora de Colles de Diables i Bestiari de Foc de Barcelona, con un único punto en el orden del día: la cuestión de confianza solicitada por varias collas de la entidad. Tras los turnos de exposición de los puntos de vista de los solicitantes y junta, las réplicas y contra-réplicas, un turno abierto de palabra dónde hablamos cuatro miembros y de solventar los típicos problemas que surgen en nuestra entidad en cada ocasión que se vota algo, fue decisión de la asamblea, según estatutos, que la hasta entonces junta de la asociación cesara en sus funciones al no obtener los votos suficientes que refrendaran su gestión, aunque obtuvieron más votos favorables que contrarios. Según post en Facebook de la Coordinadora, el resultado fue: 25 votos a favor, 14 en contra, 1 nulo i 2 abstenciones. Estos son los datos. Fríos e incontestables.

Cómo resultado, hubo un grupo de cinco collas que, legítimamente, tomaron la decisión de abandonar la entidad. Éstas fueron: Diables del Barri Gòtic, Diables del Poble Sec, Kinta Forca, Diables Tarascaires i Guspires de Sants. Siempre es una tragedia que socios decidan abandonar una entidad y más cuando alguno de ellos es fundador de la misma. Repito que tienen todo el derecho a tomar esta decisión pero, me permitiréis que no la comparta. Según los escritos leídos por algunos de los representantes, se dirigían al nuevo presidente de la entidad para decirle que no se sentían representados. A mi parecer, es una crítica que llega prematura, dado que no se conoce que junta saldrá ni tampoco qué rumbo seguirá ésta, por lo que, ¿cómo pueden sentirse o no representados si no saben quién lo hará? Eso, a mi parecer, es igual que si al ganar las elecciones la candidatura que no voté, mi colla hubiera abandonado. Tanto mi colla como yo, siempre hemos optado por la unidad y construcción, que no por el abandono cuando algo no gusta y recuerdo que desde la oposición, también se construye.

También hay que recordar, como ya twiteé al finalizar la votación y ya había hablado con muchas personas con anterioridad, que hace ya muchos meses que desde un grupo de personas se estaba gestando la creación de una nueva entidad que agrupara las collas de diablos únicamente de la ciudad de Barcelona. Sin duda, el resultado de la votación y la marcha de estas collas (y si la rumorología “facebookiana” acierta otras se están sumando) facilitará la formación de dicha nueva entidad. Cómo no, también se me acusa desde algunos foros, de estar detrás de esto para fomentar la división de la entidad. No merecen respuesta la verdad. Solo diré que, aunque sí que tuve contactos con personas implicadas, no fui yo el que los inició ni tampoco quise saber nada de ello pero, sí que lo comenté con todo aquel dispuesto a escucharme y ahora se viene a demostrar. Pero este punto, merecerá otro post más extenso y dedicado más adelante.

Desde el sector afín a la gestión de la junta y esta misma, se dice siempre que los contrarios a ellos se encuentran manipulados por unos pocos elementos, anulando así su capacidad de pensar o decidir por si solos. Este posicionamiento me parece igual de inteligente que cuando escucho en los telediarios que el actual gobierno manipula a los estudiantes y sindicatos para “ocupar la calle” intentando así ante su electorado, desprestigiar las protestas que se están realizando. Los paralelismos son extraordinarios en ambos casos dándose además la paradoja de que, esos mismos después están a favor de ser contestatarios ante un gobierno que no les gusta. Curioso ciertamente.

También se nos ha acusado de insultar. Reto a cualquiera de esos, a que nos digan abiertamente cuando y con qué palabras, porque yo sí recuerdo las veces que desde la junta o sus allegados se me ha insultado y faltado al respeto. Lo que ocurre es que la actual junta, en mi opinión, no estaba preparada para tener oposición. Siempre he defendido mi opinión desde el respeto y con buenas palabras. Sólo he levantado el tono de voz, en aquellas ocasiones en las que, ante la falta de argumentos a favor de sus tesis, algún miembro de la junta interrumpía mi exposición con tono alto y entrábamos entonces en un absurdo “a ver quién grita más” del que, ciertamente no me enorgullezco pero, por mi carácter, no cedo ante ese tipo de “respuestas”. Y también se nos ha llamado políticos, como si eso fuera un insulto, solo por el hecho de usar buenas palabras.

Se ha llegado a decir, supongo que en un arrebato de impotencia de los que suelen tener algunos miembros de la ya ex junta, que los estatutos estaban “hechos a medida por que sabíamos muy bien a qué agarrarnos”. Para aquellos que así piensan, decir que estos estatutos fueron redactados a propuesta de la junta del momento, presidida por mí. Decir que fueron redactados por gente ajena a la junta, entre los que se encontraban varios miembros de la última junta (sí, esa que ahora dice que los hicimos a medida) y para terminar, recordar que tras 6 años en juntas de Coordinadora los últimos 4 como presidente, dimití al aprobarse los estatutos por estar en competo desacuerdo con ellos, por lo que creo que ya desmiento eso de haberlos hecho “a mi medida”. Por cierto, que entre otras cosas, yo quería incluir que las comisiones fueran soberanas y que no se ampliara el ámbito de actuación para frenar el crecimiento insostenible que estaba teniendo la entidad y que ha terminando siendo el motivo de la fractura más notable. Éstas y otras propuestas fueron rechazadas por el comité redactor en la reunión celebrada en la sede del Distrito de Horta-Guinardó, si alguien quiere puedo incluso decir los motivos y las personas que los defendieron (y en nombre de qué collas, quedaríais asombrados algunos, después de escuchar últimamente a algunos altos cargos de la entidad).

También se me ha acusado a mí en particular, de que en mi época de presidente era un dictador. Bien, es respetable y ya en aquel entonces tuve algunas conversaciones al respecto. Nunca se hace algo a gusto de todos y es aceptable tener voces discordantes, nunca me preocupó. Ciertamente, mi junta tomó decisiones pero, todas y cada una de ellas fueron llevadas a la asamblea para su ratificación en la asamblea siguiente. Se votó desde si se renovaba el Mascle Cabró, hasta el diseño del mismo. Se votó el formato de participación en cada uno de los actos celebrados. Se votó todo en asamblea. Tal era el nivel de democracia interna dado que somos asamblearios, que el año del plante ante ICUB, se reunió la asamblea mientras la junta y comisión Mercè nos reuníamos con el regidor de cultura y éste tubo que dejarnos a solas para que comunicáramos el acuerdo y lo ratificara la asamblea. Así fue y así lo pueden atestiguar algunos de la actual ex junta. Ahora, se ha pasado a tomar decisiones que, no entro a valorar si positivas o negativas, simplemente digo desconocidas por la asamblea hasta que ya eran hechos consumados.

Yo, sí creo que las collas tienen opinión propia (o en su defecto la de sus representantes) y que actualmente, se reduce en su inmensa mayoría en un solo pensamiento: yo no quiero organizar ni currar en nada, que ya vengo a las reuniones, yo lo que quiero es quemar. Esto hace que cuando se ha de realizar una votación para aprobar el método de sorteo de las collas participantes en la Mercè ’11, éste sea aprobado por amplia mayoría, aún y cuando ese método de sorteo se ha reconocido injusto y discriminatorio hacia una parte de los participantes en él.

Excepto pocas collas, en coordinadora la mayoría se ha convertido en un grupo de gentes con doble moral, que no ha parado de aceptar nuevos miembros sin parar pero, que no ha dudado en discriminarlos cuando ha hecho falta por que veía “peligrar” lo que ellos consideran sus derechos. Ha sido un: yo soy hippie pero, poco. Todos cabemos aquí, menos en mi acto. Coordinadora ha sido víctima, del gigantismo que ella misma ha provocado. Ha sido victima de un mal entendido buen-rollismo y del no querer quedar mal con nadie.

Todavía tengo más pensamientos y sensaciones pero, este post ya está siendo eterno y, como he dicho antes, nadie va a cambiar de idea así que, no os voy a torturar más. Eso sí, si queréis dejar comentarios, a favor o en contra, serán bienvenidos, por que decir lo que uno piensa, no es malo, siempre que se diga a la cara y de buenas maneras (por que cuando se hace solo por la espalda o faltando al respeto, las cosas se pudren).