viernes, 9 de marzo de 2018

¿Para qué sirve una huelga?

Una de las frases que siempre pienso y no me corto en decir y mantener, cuando se acerca la fecha de celebración de una huelga es: "una huelga no va a solucionar X" y rellena X con tu reivindicación (No a la Guerra, Independencia, Feminista, contra una ley injusta, ERES, etc). Hoy, después de la huelga feminista de ayer, y de todos los 11S y paros de país, sigo manteniendo lo mismo.

¿Y qué argumentos me hacen mantener esa afirmación?
  • ¿Qué le importa al Ministro/Conseller/Regidor de turno, que salgas a la calle una mañana, o tarde o incluso día? Ellos no van a ser afectados por ello. Por tanto, se la traerá floja.
  • ¿Qué le importa al Ministro/Conseller/Regidor de turno, que tu pancarta lleve una verdad como un templo? Absolutamente nada, total, ya ha tomado posición previamente y tu presión no le está obligando a nada.
Todos estos tipos de acciones, sólo perjudican a los propios participantes, que dejarán de ingresar el salario correspondiente al día (además de la parte proporcional en cotizaciones, vacaciones, etc). Afecta también a todos aquellos que intentan desplazarse, por los cortes de tráfico, servicios públicos, etc. El interpelado mientras tanto, seguirán cobrando igual, gracias precisamente a haber realizado aquello contra lo que se quiere protestar.

También servirá para llenar páginas de periódicos, minutos de tertulias e informativos de radio y televisión.

Pero todo esto sólo dura, lo que el mismo día del paro/huelga, más el anterior y posterior. Poco más y casi siempre, sin ningún efecto legislativo que ayude a paliar o solucionar aquello contra lo que se estaba protestando.

Y es entonces, cuando muchos me dicen: “¿Acaso los derechos de los que hoy disfrutas, se consiguieron porque un día se levantaron y decidieron dártelos? No! Se lograron a través de huelgas y manifestaciones organizadas por los sindicatos”. Y les doy la razón pero, resulta insultante establecer esta comparación entre el siglo XIX y la actualidad (final de siglo XX y actual siglo XXI) que no se aguanta por ninguna parte. ¿Por qué?
  • Aquellas huelgas, no duraban unas horas o un día cómo ocurre actualmente. Duraban días o incluso semanas enteras.
  • En aquellas manifestaciones, salía a la calle toda la población, y durante toda la duración de las protestas. No como actualmente, que únicamente se une a la protesta de los sindicalistas más algún implicado, pero muchos otros se lo toman como un día “de fiesta” y aprovechan para tareas domésticas, o directamente el ocio personal.
  • En aquella sociedad, existía la conciencia de clase. Con el invento de la clase media, han logrado romper eso, lo que provoca que ya no nos solidaricemos con nada, más allá de la redacción de unos twits o comentarios favorables. Nuestra sociedad se ha aburguesado y, con tal de no perder lo que tenemos, renunciamos a reclamar más.
  • Este puede ser el punto más controvertido, pero no por ello deja de ser cierto, y es que todos los derechos logrados, a través de las huelgas y manifestaciones mencionadas, han costado literalmente: sangre, sudor y lágrimas. Desafíos constantes, mantenidos en el tiempo, que suponían enfrentamientos con las fuerzas del orden. 
  • Los sindicatos, son los primeros aburguesados. Pocos delegados sindicales hay que verdaderamente se preocupen por el bienestar de los compañeros y muchos están en connivencia con la dirección, debido a favores debidos mayoritariamente.
Sobre todo por el punto de la violencia que logró nuestros derechos actuales, muchos dirán que hoy en día, no debería ser necesaria para lograrlos, que las sociedades han evolucionado y que con la demostración de una contestación social mayoritaria, debería bastar para solucionar el problema que ha generado la movilización. Pero la realidad nos marca que, si bien es cierto que la sociedad ha evolucionado en su conjunto, no lo han hecho al mismo nivel aquellos que ocupan el poder (tanto político, como económico), que sigue siendo reacio a “soltar” ningún derecho más de los ya conquistados, sin que haya una fuerza mayor que lo exija.

Todo esto nos lleva a multitud de debates paralelos, dignos todos ellos de posts individuales, pero a mi parecer, la sociedad de hoy en día únicamente reclama sin aceptar la lucha que ello comporta, exigiendo que se de aquello que desea sin luchar por ello. Estamos aburguesados como ya decía antes o incluso peor, aunque más acertado creo yo, estamos idiotizados. Lamentablemente, después de la gran jornada que vivimos ayer con la huelga feminista, durante la cual cientos de miles de mujeres llenaron las calles de todas las poblaciones del pais, no creo que veamos más que buenas intenciones y poco más por parte de los políticos. No creo que quieran molestar, a los que les pagan los vicios y campañas electorales.

Sin duda, esta situación que vivimos actualmente, refleja una derrota en toda regla de la sociedad y clase obrera a la que pertenecemos más del 70% de la población, lo que supone por tanto, una victoria sin paliativos del 30% restante, que se sabe seguro en su torre de marfil y que dándonos las migajas que les sobran, ya nos tienen tranquilos, con pequeños períodos de incomodidad (como ayer en el 8M) pero que son fáciles de soportar y rápidos de olvidar, dado que nada les va a quitar ni a nosotros dar.

miércoles, 31 de enero de 2018

¿QUIÉN QUIERE IR A LA CÁRCEL?

Hay un hecho que resulta innegable: la derecha se comporta de igual forma sea cual sea su origen.

Lamentablemente, Cataluña, que siempre critica que España está gobernada por la derecha, también lo está. Quien no lo crea que revise los resultados de las últimas elecciones dónde los dos primeros partidos (C’s y JxC) son de derechas, y faltaría sumar a PP e incluso a PSC (por que yo, no los considero izquierda).

Ayer, Roger Torrent, como presidente del Parlament de Catalunya,  decidió suspender el pleno de investidura para intentar garantizar las garantías que el propio President Puigdemont le reclamó vía carta. En mi humilde opinión, una decisión correcta en este momento.

Qué hubiera pasado si se realizaba ayer el pleno? Pues a saber:
  • Se hubiera investido a Puigdemont de nuevo como President de la Generalitat, por vía telemática (ya que no estaba presente en el Parlament).
  • El Gobierno de España hubiera presentado recurso al Constitucional.
  • El TC lo hubiera admitido a trámite, por lo que ya no habría President.
  • El President del Parlament y los miembros de la Mesa, a juicio y seguramente a prisión por desobediència.
  • Sigue el 155.
  • El único que se iría de rositas en este brete sería Puigdemont desde Bruselas.
A esto hay que añadir el tema de las garantías. Algo parece que les ha dado en la cabeza o a Puigdemont o a JxC. Un día Puigdemont pide por carta al President del Parlament que haya garantías en su investidura pero, después aparece la gente de JxC y dice que las garantías las garantiza la simple presencia de los diputados de la mayoría independentista... kafkiano (o como se escriba).

Junts x Catalunya y muchos hiper-ventilados, ya están bramando en la calle y redes sociales llamando de todo a Torrent y ERC. Pero no se paran a pensar en lo dicho anteriormente o, peor, lo dan por sentado y que debería ser aceptado. Y entonces yo pregunto:
  • Por qué Puigdemont obliga a Torrent, a correr una suerte que no quiso ni quiere para él mismo?
  • Por qué Puigdemont pone en riesgo la situación de los que actualmente están en prisión? Claramente, si el conflicto escala, su situación empeorará notablemente y sus posibilidades de salir de prisión mermarían aún más.
  • Si Puigdemont cree que Torrent debía aceptar las consecuencias de su investidura, por qué no aceptó él mismo las consecuencias de una Declaración de Independencia que él mismo suspendió tras realizar la declaración?
  • Siguiendo con la anterior pregunta: por qué Puigdemont no compartió la suerte de aquellos miembros de su Govern que están en prisión o han pasado por ella, sino que decidió marchar a Bruselas sin avisar hasta que ya estaba de camino?
No voy a llamar cobarde a nadie, ya que yo mismo no se si hubiera sido capaz de hacer aquello que han hecho estos hombres. Los hiper-ventilados deberían revisar si ellos mismos estarían dispuestos a lo que están sufriendo las personas que están en prisión.

Lo que sí voy a decir, es que también parece que hay atisbos de, llamémoslo deslealtad, de JxC para con sus teóricos socios de ERC. Y por qué digo esto? Pues por que, tras lo que se conoce hay un A, B, C de los pactos de investidura que Puigdemont y su equipo ha incumplido:
  • No ha pasado a sus socios el discurso de investidura, dónde se marca la línea política que seguirá el futuro Govern investido.
  • No ha comunicado a sus socios la composición de dicho nuevo Govern.
Pues no parece que esté siendo muy leal, la verdad.

Que quede claro: yo quiero que Puigdemont sea President, que desaparezca el 155, y que logremos la independencia pero, también me gustaría que me digan cómo piensan hacerlo.

Llamadme “butifler” pero, soy de aquellos que cree que con las mayorías sociales actuales, no se puede lograr la independencia, que hay que convencer a más gente para ser mayoría, no solo parlamentaria, sino también social. Lo que parece, es que lo único que busca JxC es desgastar a ERC y forzar nuevas elecciones para sacar ganar una diferencia mayor.

Mientras tanto, considero que el nuevo Govern, debe dedicarse a seguir aprobando aquellas leyes que pondría en marcha en caso de ser república. Las explicaría bien a la ciudadanía, y dejaría que el Gobierno de España haga el resto por que, igual que hizo con la ley de pobreza energética, etc que las llevó al TC y este las ha declarado inconstitucionales, lo hará también con el resto. Los ciudadanos no son tontos, al menos la mayoría, y en poco tiempo los independentistas seremos mayoría social por que todo el mundo querrá esas leyes. Recordemos que hace nada, los diputados independentistas en el Parlament eran pocos más de 10, y ahora son 70. No falta tanto y como decía antes, el propio Estado español nos hace el trabajo.


La sociedad catalana, al igual que el resto de sociedades desarrolladas, adolece de un mal: la inmediatez. Nos hemos acostumbrado a querer tener ya lo que deseamos, sin pensar en lo que cuesta ganarlo. Cometimos el error de marcarnos plazos inamovibles para la declaración, y ahora queremos que sea ya sea como sea. Yo también quiero la independencia pero, creo que tal y como estamos hoy, no es posible, aunque sí que está muy cerca.

miércoles, 17 de enero de 2018

LOS LÍMITES DE LA CULTURA POPULAR


Estos últimos días, asistimos a una "guerra" dialéctica en las redes sociales a raíz de la actuación de “La familia verdugo”, una de las numerosas chirigotas que participan en el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz. El tema me ha recordado a la también polémica sobre los límites del humor y hacer un cierto paralelismo con los límites de la cultura popular.

En dicha actuación, “La familia verdugo” interpreta a Carles Puigdemont y parodia los hechos acaecidos en Catalunya los últimos meses, siendo el colofón final, la teórica decapitación del mismo. Pero su actuación incluye mucho más. Comienza con la amenaza de ejecución de SSMM los Reyes Magos de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar. También salen otros reos e incluso realizan también una irónica explicación sobre la “ejecución” de una mujer, que fácilmente también podría causar las iras del colectivo feminista y global de las mujeres si fuera sacado de contexto. Y es que el contexto es importantísimo.

Aquí podéis ver la actuación completa: https://www.youtube.com/watch?v=H0yr5-rzOvw

Todo esto ocurre dentro del marco que ofrecen las fiestas del Carnaval de Cádiz. El gaditano, es uno de los carnavales más conocidos y famosos de la península, basándose en la cultura popular que es recogida por las más que conocidas chirigotas. Estas chirigotas, años tras año se dedican a ironizar sobre la actualidad local, regional, nacional e internacional.

Inmediatamente se generó una serie de críticas desde Cataluña y la verdad es que no lo entiendo. Yo he visto la actuación completa y he de decir que me gustó. Partes más, partes menos, como suele pasar en todo. De hecho, lo que más me gusta es que todo nazca de la cultura popular, algo que especialmente en Cataluña deberíamos entender y defender. Nosotros tenemos numerosas expresiones de cultura popular propias: gigants, diables, bastoners, puntaires, corals, castellers y un largo etcétera. Si nos centramos más en la cultura del fuego, que es la que más conozco, “els diables” también tenemos una expresión que incluye tanto la prosa como el verso, la ironía y la sátira. Son “els versots”. En ellos, “els diables” aprovechan la ocasión para realizar una crítica, muchas veces descarnada, de la actualidad, repartiendo estopa tanto a políticos como a personas, situaciones, etc.

Personalmente, creo que no debemos tener la piel fina y criticar las chirigotas como algunos han hecho. Máxime cuando después, nosotros mismos haremos lo propio a nuestra manera en nuestras fiestas. Creo que como parte de la cultura popular, deberíamos defender la misma allá dónde sea, en este caso, las chirigotas gaditanas.

E igual que digo lo uno, también digo lo otro. Con esto quiero decir que, una vez explicado y aclarado que cualquier muestra de cultura popular ha de ser defendida por el colectivo, también quiero denunciar la falta de criterio a la hora de juzgar por personas ajenas al colectivo. Y me refiero a que, mientras que tanto PP, PSOE y C’s como todos sus simpatizantes, así como también los medios de comunicación nacionales, han salido en tromba defendiendo a “La familia verdugo” y la libertad de las chirigotas para realizar su crítica ácida, después no muestran el mismo entusiasmo para defender “els versots” que grupos de “diables” realizan en sus fiestas mayores. Son numerosos los casos en los que aquellos que se han visto aludidos por los versos satíricos lanzados desde un escenario, han denunciado en los juzgados a los grupos que los han realizado. Incluso partidos políticos han realizado estas denuncias. Y han logrado el apoyo de la fiscalía en ello. No puede ser, que las críticas se valoren de forma diferente si salen de Cataluña o si salen de Andalucía, de Vilafranca del Penedés o Cádiz.

La cultura popular, tiene su historia, su arraigo y debe poder ser libre de continuar realizándose y expresándose como ha hecho siempre. Aquellos que son criticados, han de saber encajar la misma, porque siempre que sea desde el respeto, aunque de forma irreverente, se ha de aceptar la libertad de expresión y respetar la tradición.

VIVA EL CARNAVAL! VIVA EL CARNAVAL DE CÁDIZ Y VIVAN SUS CHIRIGOTAS!!
VISCA EL FOC!! VISCA ELS DIABLES!! I VISQUIN ELS VERSOTS!!
VISCA LA CULTURA POPULAR!!!!!